¿Qué pasa con el derecho de la sociedad a protestar en
contra de aquellos mandatarios que no cumplen sus funciones? La actualidad de
la sociedad colombiana refleja explícitamente el enfrascamiento político y
social en que nos encontramos los colombianos, de tal manera que podemos
suponer que algo erróneo está pasando dentro del pensamiento del pueblo.
Preguntas y actos que a diario podemos inferir tan solo con mirar las
condiciones en las que se encuentran las ciudades y la economía en el país, y
las cuales pretendemos no conocer sus respuestas y sus porqués, es una de las
más importantes razones por la cual nos encontramos en una posición contraria a
la que verdaderamente deberíamos asumir frente a nuestros funcionarios
públicos. Un ejemplo para esto fácilmente podría ser el derrocamiento del ex
presidente ecuatoriano Lucio Gutiérrez, esto debido a los ofrecimientos
incumplidos, las contradicciones y el retorno de Abdalá Bucaram, colmando así
la paciencia de los ecuatorianos.
Regresando a la sociedad colombiana, podemos
establecer que nos encontramos en una posición innegablemente contraria a lo
que por constitución debería ser diferente, esto en el sentido de que nosotros,
el pueblo colombiano sustentamos nuestro país, pagamos impuestos y además los
sueldos de nuestros mandatarios, todo esto con el fin de que ellos realicen su
trabajo de una manera correcta, para que los funcionarios públicos, tal como lo
dice el señor Jaime Garzón, le funcione al público. “El fenómeno de la
corrupción es inmenso y se renueva, hay trampas muy sofisticadas con el manejo,
por ejemplo de las regalías, trampas con los excedentes financieros, hay
trampas muy sofisticadas con las fiducias, en las mesas de dinero, hay muchas
modalidades, hay una gente que está renovando su portafolio de corrupción todo
el tiempo” comenta Oscar Iván Ortiz (director del Programa Presidencial de
Lucha contra la Corrupción) ante los 7.000 casos que tuvo el año pasado con
acusaciones de corrupción. En este momento el robo de impuestos por parte de
políticos y funcionarios corruptos al año llega a una cifra de 3,9 billones de
pesos, así lo dice el Programa Presidencial de Lucha contra la Corrupción. Con
esta gran cifra el país podría educar 80.000 profesionales, se harían 2.000
acueductos, se construirían 2.200 alcantarillados o se formarían 325.000 niños.
Unas de las características más notorias de
los colombianos que contribuyen directamente con el constante pisoteo por parte
del Estado hacia el pueblo son el conformismo y el pesimismo, pues nos dedicamos simplemente a ver en qué
estado se encuentran las calles de nuestras ciudades, como se nos ofrece un
servicio de salud público tan poco eficiente, una educación pública básica
inaceptable, el mal uso de los impuestos, la deficiente seguridad que nos
ofrece el gobierno, entre otras. Es tan grave la situación de la seguridad en
el país que un informe del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la
Justicia Penal de México identificó las 50 ciudades más peligrosas del mundo,
entre las que figuran 5 colombianas (Cali, Pereira, Palmira, Cúcuta y
Medellín), y de igual manera, nos quedamos con los brazos cruzados esperando
que alguna vez la situación cambie, pues nuestra falta de patriotismo y civismo
nos impide luchar para obtener ese respeto, libertad y derechos que por nuestra
constitución y los derechos humanos tenemos todos los ciudadanos colombianos.
Tales como:
·
“Nadie será sometido a desaparición forzada,
a torturas ni a tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.” (Constitución
Política de Colombia)
·
“Son fines esenciales del Estado: servir a la
comunidad, promover la prosperidad general y garantizar la efectividad de los
principios, derechos y deberes consagrados en la Constitución; facilitar la
participación de todos en las decisiones que los afectan y en la vida
económica, política, administrativa y cultural de la Nación; defender la
independencia nacional, mantener la integridad territorial y asegurar la
convivencia pacífica y la vigencia de un orden justo. Las
autoridades de la República están instituidas para proteger a todas las
personas residentes en Colombia, en su vida, honra, bienes, creencias, y demás
derechos y libertades, y para asegurar el cumplimiento de los deberes sociales
del Estado y de los particulares.” (Constitución Política de Colombia)
·
“Se garantiza a toda persona la libertad de
expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir
información veraz e imparcial, y la de fundar medios masivos de comunicación.”
(Constitución Política de Colombia)
En una situación donde la población
colombiana se encuentra entre la espada y la pared, lo único que queda es
aprovechar y hacer uso de esos recursos y/o derechos que nos ofrece estos.
Para terminar, podemos establecer que el
pueblo colombiano se encuentra en una especie de ceguera inducida por nuestro
individualismo y falta de civismo y responsabilidad con nuestro país; y es por
esto que nuestra situación socio-económica y nuestra posición frente al
gobierno, se encuentra arrasada por culpa de nuestros mandatarios y como
consecuencia de nuestra falta de interés y de no hacernos valer nuestros
derechos.
Cibergrafia
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